jueves, 27 de mayo de 2010

El Tunchi (San Martín)

Es el espíritu de los muertos, que regresan del otro mundo a cumplir alguna penitencia o el alma de los que van a morir y están recogiendo sus pasos antes de abandonar la tierra. Estas almas en pena, son entes etéreos que se anuncian a los vivos con un silbido lúgubre muy característico, con la resonancia de sus pisadas o con ruidos de las cosas o muebles que tocan causando temor y espanto a los que escuchan. Algunas veces los tunchis se materializan bajo la forma de espectros o fantasmas de blancas vestiduras, que se desplazan a baja altura sin tocar el suelo.

La Runa Mula (San Martín)

La Runa Mula, es una mujer casada que tiene relaciones sentimentales con el cura. Ésta, en las noches de los martes y viernes, toma la forma de una blanca y hermosa mula, la misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en la mano. Cuando éste llegaba a la casa de la mujer, ella se revolcaba por el suelo y al instante quedaba convertida en mula.

El diablillo jinete montaba y luego de darle con furia con la rienda sobre las ancas, salían a todo galope por las calles botando chispas de candela, tanto del anca como del piso. Cuenta la tradición que para saber qué mujer era la que convivía con el cura, se tenía que disponer de una hebra larga de soga de caballo, la que se atravesaba en la calle, porque iba a pasar la runa mula y al tomar contacto con la rienda, la mula tomaba forma natural de mujer.

Relatan que en el distrito de Habana había un cura muy famoso, por sus aventuras con mujeres con compromiso (casadas), incluso llegó a procrear hijos en una de ellas. Cuando la Runa Mula salía por las calles, la gente decía: ¡está pasando la Agueda montada por el Padre Villacorta!. Al amanecer, iban a ver a doña Agueda y la encontraban desganada, rendida sin ánimo de trabajar, pues aducen que es por los fuertes latigazos que le propinó su jinete en la noche anterior.

Chulla Chaqui (San Martín)

El chulla chaqui es el diablo burlón de los bosques de la selva, que suele aparecerse a la gente en forma de animal o de mismo hombre, para engañarla y llevarla al fondo de la selva. Sin embargo, cuando se transforma en hombre es fácil reconocerle, porque el pie izquierdo es como de una criatura recién nacida o como raíz de árbol o como pata de jaguar, aunque el condenado, procura ocultar ese pie de cualquier modo. Además, se delata por el fuerte olor a chivo que despide, y la gente, entonces, ya se halla en guardia: reza y hace cruces con los dedos o con ramas. Pero son a los niños, generalmente, a los que rapta.

A los niños que se quedan solos en las chacras o que andan así por los caminos. ¿Cómo puede un niño resistir el deseo de adueñarse, por ejemplo de una gallina blanca con primorosos pollitos, que de pronto se les aparecen y entran en el bosque?, ¿O de coger un pajarito de bello plumaje que se detiene junto a él y entra luego en el bosque suavemente cantando?, ¿O de seguir a su padre, madre u otro pariente (que no son tales sino el diablo convertido en ellos), que de improviso se les presentan? Ya en el interior del bosque, el Chulla Chaqui recobra su horrible figura de diablo y cuelga a sus víctimas de los cabellos en las ramas de los árboles más altos, tirándoles de las orejas, burlándose, riéndose de ellos.

Bebidas de Piura (Piura)

En el departamento de Piura, la naturaleza ha sido parte inseparable del poblador; junto a ella, su historia, tradiciones y costumbres se han recreado por varios cientos de años. Así por ejemplo, es imposible no asociar el árbol del algarrobo (Prosopis) a los parajes piuranos. Este árbol, crece de manera abundante en los bosques secos, los desiertos y las orillas de los ríos, se encuentra presente en la comida y en la bebida, pues de su fruto se prepara la famosa algarrobina, base para la preparación de diferentes cócteles.

Otra bebida que es parte de las tradiciones piuranas es la chicha de jora. Esta bebida milenaria fue utilizada por distintas culturas andinas así como por los incas en sus sacrificios y eventos de gran importancia. Tanto cronistas andinos como españoles señalan la presencia de esta bebida en ceremonias y la afición de nuestros pueblos por ella. En la preparación de la chicha de jora interviene la familia y es la madre de familia la que se encarga de cocinarla a fuego de leña de zapote. El maíz utilizado se remoja por una noche para que pueda germinar y luego, en una habitación oscura, se pone tapado por tres días en espera de que el pequeño tallo empiece a crecer. A este proceso se le conoce con el nombre de horneado. Una vez secado el maíz se muele y se extiende para su secado. La harina obtenida se hierve durante todo un día. La chichera debe estar al tanto de que el fuego se mantenga al mismo nivel, igualmente, el enfriado de la bebida se debe realizar con sumo cuidado pues la alteración de la temperatura afectaría el sabor del producto. Durante la noche en que la chicha reposa las mujeres van probando el ácido para saber el momento exacto en que debe interrumpir el proceso de fermentación. Este paso es tal vez el más importante: del nivel de acidez depende no sólo el sabor de la bebida sino también su mayor o menor contenido alcohólico.

La Sirena (Pasco)

Esta es la historia de un grupo de amigos de la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrion, de Cerro de Pasco, PERU, aunque esta aventura lo realizamos ya unos años atras, en nosotros sigue latente lo que vivimos esos dias en el bosque de piedras de Huayllay, donde se esconde mitos, leyendas y un nuemero de diferentes aventuras. Esta es la nuestra, Era en el mes de abril q decidimos aventurarnnos en este hermoso lugar que queda en el distrito de Huayllay, Pasco a mas de 4 500 msnm, es asi q en una mañana partimos, Se tiene q ir de pasco a huayllay , nosotros agarramos nuestra combi y llegamos a un puente antes de llegar al distrito, de ahi rumbo a siete llaves ........que segun los pobladores del lugar guarda una leyenda que dice : las personas q dentran ahi no tienen salida ya que es un bosque de piedras que tan solo tiene una entrada y adentro es como un laberinto de piedras, pues nosotros muy decididos a estar en ese lugar partimos rumbo a siete llaves el inicio fue cansado ya que caminamos 5 horas seguidos.. siguiendo un rio ,,, rio arriba, durante este recorrido se puede observar piedras caprichosamente que formaban singulares figuras como, tortuga, sapo, oso, elefante, alpaca, entre otros que estando aqui todo queda a tu imaginacion. asi como pintura rupestre. Eran las 6:00 de loa tarde y pues nos sentimos pero no habia un lugar adecuado donde acampar asi que seguimos unos kilometros mas, hasta que llegamos a una laguna, muy hermosa y con la caida de la noche, se hizo fenomenal, asi que decidimos acampar a orillas de esta laguna que guardaba tambien su leyenda, ( segun los pobladores del lugar si una persona se encuntra solo aqui en horas de la noche es muy probable que le salgue una sirena y se lo lleve a lo mas profundo de la laguna) mito que no pudimos descubrir en vista que no eramos pocos, pero nos quedamos con las ganas de ver a la sirena, sera para la proxima, Y eran horas de la noche y para matar el frio hicimos una fogata con paja y palos que se encuntra en el lugar, bueno el frio no se sintio durante la noche gracias a la fogata y a lo muy abrigado que estabamos, Ya al amanecer el dia estaba expectacular en vista que hacia mucho sol y pues no esperamos mas hicimos un pequeño desayuno campestre, y de ahi a apreciar el hermoso paisaje que muestra este lugar, Eran las 12:00 del medio dia, y nos se nos ocurrio mejor, pues decidimos nadar en la laguna.. Esto si era un verdadero reto, ya que el agua era muy frio, pero el reto estaba ahi asi que 3 de nosotros afrontamos el frio y nos metimos a nadar , el agua estaba muy frio, frio es muy poco estaba helada, bueno pero si que hace bien un baño de estas, ya en la tarde teniamos que partir de vuelta, y seguir caminado hasta llegar a un lugar mas seguro como era llegar a Huayllay y las aguas caleras, que es un lugar de donde sale agua caliente del subsuelo esto si muy bueno y refrescante e ideal para la salud, Bueno ya era horas de la noche y asi que decidimos volvernos pues pasamos dos dias full caminata y conociendo este bosque q en realidad es muy grande como para conocer todo lo que guarda en un par de dias, bueno nos fuimos con la ilusion de volver a este lugar y conocer el verdadero encanto que guarda cada una de las figuaras petreas. A los amigos viajeros le recomiendo este lugar en el Centro del Peru, donde se esta en contacto con la naturaleza y sobre todo descubran lo que guarda este lugar ya saben no se arrepentiran. Para los amigos: VICTOR ORLANDO AYALA CHACON

El misterioso museo del Algarrobal (Moquegua)

Los que viven cerca del ahora museo del Algarrobal , cuentan que hace mucho tiempo , en la provincia de Ilo en el distrito del Algarrobal se construyó una vivienda que tenía como finalidad convertirse en museo.

Al término de esa edificación, empezaron a implementar el interior de la vivienda con algunos restos que dejaron los hombres antiguos que vivían en ese lugar.
A pesar del tiempo transcurrido, se dice que al promediar la media noche, se oían voces y sonidos como si estuvieran trabajando en una chacra , cuidando el ganado, y lo más misterioso es que se escuchaba el ladrido de un perro. Es por esa razón, que ninguno de los que cuidaban el lugar se atrevía a entrar a la casa.

Cierto día uno de los vigilantes junto a un arqueólogo, se atrevieron a entrar al lugar. Esperaron hasta media noche y al toque del reloj que marcaba las doce empezó nuevamente el bullicio. Entonces vieron que de pronto se le apareció un perro que ladraba, mientras ellos caminaban por el museo. Pasados unos minutos, desaparecieron las voces y aquel ladrido .Los hombres se tropezaron y con mucho miedo se levantaron. Lo único que ellos deseaban en ese instante era salir de aquel lugar.

Al día siguiente, los hombres se pusieron a cavar, y encontraron que dentro de aquella excavación los restos óseos de una persona con sus bienes, acompañado del esqueleto de un perro.

Consultando a los pobladores del lugar, los hombres se enteraron que en ese lugar hace muchos años vivieron hombres llenos de bienes y que tenían como guardián un perro. Esos hombres son conocidos como los Chiribaya.

Desde entonces, es común para aquellos pobladores escuchar los ladridos del perro y aquellas voces misteriosas. Muchos dicen que el perro sale del museo y va a tomar agua del río los días martes y viernes al promediar la media noche.

La leyenda de María Sosa (Moquegua)

Esta es la historia de una roca que se encuentra en el valle y tiene forma de mujer subiendo un cerro, ella parece llevar un bebé.

María Sosa era una mujer que vivía en el valle y estaba casada con el señor Pedro Tuntes. Su madre era una persona muy importante porque agasajaba a las personas que la visitaban.

Cierto día una de las autoridades de Moquegua llegó a su casa y no tuvo qué prepararle ; así que fue a la casa de su hija para solicitarle su ayuda. Le pidió una res para agasajar al ilustre visitante.

Maria Sosa habló con su esposo y él le dijo que no, porque su madre gastaba demasiado en aquellos recibimientos. Al ver la negativa de su hija, la señora aguardó a que llegara la noche e ingreso al corral para sacar la res, pero en la oscuridad no se dio cuenta que iba por unos matorrales, los cuales le causaron profundas heridas en el cuerpo y al no poder curarlas murió.

La gente murmuraba sobre la muerte de tan amable señora y culpaban a Maria Sosa por negarle el animal.

Pasado el tiempo, misteriosamente Maria Sosa desapareció del valle , nadie la pudo encontrar . Ella tenía un corral en el cerro, pues allí se encontraba abundante pasto. Las personas pensaron que tal vez María estaba en su corral porque cuando se aproximaban notaban la presencia de unas extrañas piedras que nunca estuvieron en el lugar. Una de esas piedras tenía la forma de una mujer que cargaba a su hijo en la espalda. Entonces los pobladores comprendieron que se trataba de María Sosa y sus animales.

La madre fallecida, antes de su muerte maldijo a su hija, al esposo de ella y a sus animales.

El vengador espíritu pirata (Moquegua)

Narran los pescadores con más experiencia del varadero artesanal de Ilo, que Puerto Inglés , playa ubicada al sur de la ciudad, fue como una especie de fuerte y desembarcadero pirata.

Los piratas desembarcaban aquellos tesoros que sustraían de los navíos de la corona española en una fortaleza peñosa construida por la propia naturaleza, la cual hallamos en el cerro de peñas que se encuentra ubicado frente a la playa.
Como era costumbre, después de haber atacado un navío real, la tripulación pirata quedaba maravillada de tanta riqueza , todos los objetos eran de oro y decorados con rubíes.

Al día siguiente de cada robo, el capitán de la embarcación declaraba los tesoros y a la vez los demás daban fe de protegerlo de cualquier amenaza inclusive sacrificando sus vidas.

Una noche Gulibert uno de los piratas, presionado por la codicia de la mujer que amaba, sustrajo un cofre. Al ser descubierto por sus compañeros, huyó despavoridamente rumbo al cerro de peñas con la finalidad de esconderlo, y así lo hizo.

No había pasado mucho tiempo y Gulibert fue detenido por el capitán, quien ordenó castigarlo por la traición, lo cual era castigado con la muerte, y así lo hicieron. Degollaron a Gulibert y condenaron su espíritu a la protección infinita de los tesoros.

Transcurridos los años, nadie se atrevía a buscar el baúl. Gulibert recorre las inmediaciones del cerro de peñas , decapitado , debido al castigo que le dieron.
Se dice que su espíritu seguirá penando hasta reunir la cantidad de vidas que tenía la tripulación pirata a la que pertenecía. También dicen que aquel que encuentre o trate de encontrar el baúl del tesoro será maldecido como Gulibert.

Los dos amigos y la sirena (Moquegua)

Se cuenta que hace mucho tiempo, en el puerto de Ilo, ubicado al sur del Perú en el departamento de Moquegua, vivía Alberto , un pescador.

Un día Alberto salio de faena al mar con su lancha, junto con su mejor amigo de nombre Pío.

Estando ya en altamar, Alberto sintió cansancio por las largas horas que navegaba. Al llegar la noche y preocupado porque no habían pescado nada, decidieron regresar al muelle Fiscal y desviando la proa, enrumbaron a sus casas. Pasada media hora, ambos amigos escucharon una melódica canción en medio de la noche y el brillo del mar que provenía de un conjunto de rocas.

Ellos pensaron que era el viento con el vaivén de las olas y no le dieron importancia al sonido.

Pino, remando más despacio, decidió ver que animal provocaba tan bello sonido y divisando a una sirena hermosa con cabellos cristalinos, ojos brillantes y con una silueta de mujer inigualable, ella llevaba entre sus manos una varita que daba buena suerte.

Pío se puso a pensar en ese momento en los rumores de vertían otros pescadores de la suerte y la fortuna que traía la varita de la sirena.

Entonces decidió arrebatarle la varita a la sirena. Antes de hacer ello, la sirena se zambulló al mar. Pío dio un salto, tomó la varita y de otro brinco volvió a la lancha y remando como nunca antes lo había hecho, y se alejó de ese lugar.
Alberto le preguntó el porqué de aquella acción tan peligrosa a su amigo y este le respondió y solo estaba ejercitando los músculos y así en medio de la conversación se dirigieron hacia el muelle.

Estando en el muelle Fiscal se bajaron los dos apresurados para tomar café en la casa de Pío.

Cerca de las dos de la mañana, Pío no podía dormir tranquilo por la acción que había realizado en el mar y mientras pensaba , nuevamente escuchó la melodía. Él se levanto asustado y miró por la ventana, era la sirena que lo llamaba entre las olas del mar y el oscuro ocaso.

Pío salió a pasear para borrar el miedo que llevaba dentro. Se encontró con Alberto y decidió contarle lo que venía ocurriendo todas las noches.
Alberto, le dijo que la última vez que fueron al mar, saltó de la lancha y vio que había cogido algo brillante ¿Qué era?-preguntó- no era nada –dijo Pío.
Sin haberle creído Alberto le respondió: “Esa es la varita de una sirena y mientras tú la tengas te traerá mala suerte; es mejor que la devuelvas antes que pase más tiempo, porque cuando la llegues a tocar, en el Mar te va a pasar algo muy malo”.
Después de la conversación, Pío regresó corriendo a su casa, cogió la varita y se fue a tirarla al mar en un lugar muy alejado para que nadie lo viera. Pero en su mala suerte pisó un pozo de agua. De inmediato, Pío se convirtió en una inmensa peña.

El poder de la varita hizo que desde ese día, ese lugar se convirtiera en una piscina natural de aguas quietas y cristalinas conocida actualmente como Puerto Inglés.

La Dama encantada (Moquegua)

Cuenta la leyenda que cierta vez en el valle Chiribaya de la provincia de Ilo se hallaba un chombo, el cual fue encontrado por un explorador , percatándose que emanaba un olor fétido del mismo.

Al darse cuenta de dicho olor, el explorador decidió abrir el chombo. Al destaparlo, no pudo soportar la fetidez , perdiendo la conciencia por algunos segundos.

Al despertar, se topo con una bellísima dama, ella había salido del chombo.
Al cruzar miradas la dama le dirigió la palabra para pedirle que no dijera nada sobre su existencia y a cambio de su silencio le concedería cualquier deseo.

La Horma (Moquegua)

Al norte de la ciudad de Ilo, hay un manantial copioso que desemboca en la playa El Platanal,llamada así porque en su lecho se levantan palmeras a la cual debe su nombre , además de higueras y otras plantas.

Aquí habitaba un pequeño pero aguerrido pueblo perteneciente a la cultura chinchorro. Su vida cotidiana se desarrollaba entre la paz de sus quehaceres domésticos, los hombres se dedicaban a la pesca, al cultivo y a la orfebrería, y las mujeres al tejido y cerámica.

Cuando Wiracocha vino a Ilo a sumar territorios para incorporarlos a su Imperio , tuvo conocimiento de las ricas minas de oro que existian al norte enviando un pequeño grupo de guerreros . Debido a la dificultad de acceso a la quebrada El Platanal, no pudieron doblegar a los dueños de casa.

Irritado , el Apu Wiracocha, cuenta la leyenda, voló hacia el lugar y aterrizo cerca al manantial dejando estupefactos a los del chinchorro y sometiéndolos de este modo.

Testigo de esto , es que hoy en día se puede apreciar en una roca la horma del pie que el inca Wiracocha dejo al llegar.

La India María (Moquegua)

En los inicios de valle Algarrobal, existía en una de los fundos una india llamada María. Ella vivía con su madre.Conforme pasaron los años María se convirtió en una persona cada vez mas malcriada y malagradecida.

Un día su madre mando a María a pastar ovejas al cerro y ella ni quiso obedecer lo indicado. La madre de la india , le increpo su conducta y la muchacha le contesto y cacheteó a su propia madre.

La madre de María le dijo que las hijas que golpeaban a sus madres se condenaban. María no presto importancia a las palabras de su madre y se fue al cerro. En la mitad del camino, María se sintió mal y al poco poco rato ella y sus ovejas se convirtieron en piedra. Desde entonces podemos observar a María y a sus ovejas en el cerro yendo al Algarrobal.

Playa Las Loberas (Moquegua)

Había una vez en el puerto de Ilo una playa en la cual vivían una señora y sus dos nietas. Un día la señora mando a sus nietas a recoger leña, sin saber que por ese lugar se encontraban merodeando piratas. Los piratas al ver a las niñas fueron tras ellas, las golpearon y las ultrajaron.

Las niñas al regresar a su casa le contaron todo lo sucedido a su abuela, quien enfurecida salio en busca de los culpables. Al encontrar a los culpables, la mujer lanzo grandes maldiciones contra ellos, y debido a esto se dice que los piratas se convirtieron en lobos marinos.

Es por eso que a ese lugar se le conoce con el nombre de la playa Las Loberas.

Calienta negros (Moquegua)

Graciela Vera contaba sobre la playa Calienta Negros la siguiente leyenda: La misteriosa playa de Calienta Negros está enclavada en un paradisiaco lugar rodeada de silenciosos peñascos, ternos y celosos guardianes de lo que allí sucedió. Esta enigmática y seductora playa tiene el increíble sortilegio de atraer, enamora y despertar profunda curiosidad por sus raras leyendas de acontecimientos ocurrido durante la Colonia. La leyenda cuenta de cuando llegaron por mar raras e impresionantes embarcaciones a vela, flameando tétricas banderas negras y despertando el temor de la población. En esos galeones viajaban temibles y sanguinarios piratas en su afán de rapiña por haberse enterado de los fabulosos tesoros en el Perú. Aquellos ocultaban sus naves en playas pequeñas y tranquilas par asechar a los españoles portadores de sus inmensas riquezas. Pero también llegaban con sus bodegas llenas de esclavos traído desde el Congo.

Hombres y mujeres negros eran tratados como bestias de carga y vendidos como tales. En la playa se les sometía a subasta en donde se les cotizaba por su estatura, físico y dentadura, adornado con grilletes que llevarían hasta el fin de sus días.
Fondeados sus galeones, los diabólicos piratas en su estratégico escondite procedían a desembarcas la triste y lacerada mercancía humana es la playa , apartada tanto del humilde pueblo y aprovechando de ese lugar para calentar o reanimar bajo los reconfortantes rayos de sol a los miserables negros, desventurada gente que llegaba después de una penosa, larga y sacrificada travesía de largos meses por el mar sin poder siquiera caminar ni estirar su cuerpo, medios moribundos, desnutridos y con múltiples enfermedades. Esta famosa e histórica playa que los piratas utilizaban para calentar a los negros por espacio de algunos días y alimentarlos con mariscos y pescado antes de su comercialización se conoce hasta nuestros días como Caleta Negros (Calienta Negros).

Allí también ocurrió otro hecho: “Dicen que una hermosa y bien formada negrita era requerida y asediada por un robusto y barbado pirata inglés, y cuentan que en una tranquila y oscura noche de verano allá junto al roquerío el pirata pretendió hacerla su mujer. La negrita angustiada se defendió como podía y desesperada, ya no sabía quehacer y antes de perder su honor en manos de ese bárbaro pirata, cogió una daga del cinto del pirata… y en vista que los ruegos no el importaban ni las lágrimas conmovían a aquel hombre cruel, ella perdió la razón, se hundió la daga en el pecho y se partió el corazón.”

Otra versión no habla de piratas si no de comerciantes ingleses quienes desembarcaba por Puerto Inglés y utilizaban Calienta Negros para los fines que se han comentado líneas. Es de allí donde vendría el nombre de Calienta Negros: el lugar donde se calentaba a los negros vendidos como esclavos, o la caleta de los negros, en donde se les comerciaba para introducirlos en los valles de Sama, Moquegua, Tacna, Arica y Tarapacá.

San Gerónimo (Moquegua)

Cuentan que hubo un tiempo en que el río se secó en una de sus peores sequías al extremo que las desgracias y miserias no podían ser castigo de Dios: los animales morían, las hembras perdían sus crías, las plantas morían, los árboles se secaban. No había remedio para esto y algunas personas comenzaron a irse a otros valles con mejor suerte.

Un día llegó al valle un hombre que, según contó, venía caminando valle abajo y visitaba todos los lugares. Llamó la atención la túnica que usaba y su firma de hablar, tan dulce y firme. Desde que llegó hablaba de Dios y de lo importante que era arrepentirse de los pecados para no traer la ira divina. Peor de lo que se dio cuenta la gente del valle era que con su llegada empezó a llegar el agua y con ella la vida. Las atenciones hicieron que este personaje quedase en el valle más tiempo del que tenía programado. En ese tiempo, los animales engordaron, el río creció, las plantas empezaron a tomar fuerza y las hembras preñaban y parían.

Pero este personaje debía continuar su recorrido hacia el norte. No escuchaba los ruegos de la gente que se reunía en tu entorno. No le inmutaron ni las lágrimas de las mujeres agradecidas ni la risa de los niños que jugaban a su alrededor, pues su partida era inevitable. Dicen los viejos que mientras subía el cerro cayendo ya la tarde, las gentes en silencio rogaban a todas las fuerzas para que el personaje no se vaya. Pero la oscuridad que avanzaba muy rápido, como nunca, impidió seguir viendo al visitante perderse en las alturas.

Al día siguiente la gente se levanto con congoja y sólo atinaron a recorrer con la vista el sendero del visitante y cual no sería su sorpresa al ver al mismo pero convertido empiedra: los ruegos de la gente había logrado detener su partida y había logrado hacer que se queda en medio del valle, para bendecir su prosperidad. Las gente empezó entonces a llamarlo San Jerónimo, patrono del valle de Ilo.
Dicen que los valles del norte nunca recibieron su visita, por eso terminaron secándose y sus gentes tuvieron que salir de ellos para no morir de hambre y sed.
Frente al Parque Ecológico de El Algarrobal, en medio de un angosto camino se puede ver a un personaje de espaldas, con su capa a medio vuelo y la pierna flexionada en además de subir el cerro, recorrido que nunca culminó.

La Poza de la Sirena (Moquegua)

“Yo tuve la suerte de conversar en esa época muy niño todavía con un señor que tenía cerca de noventa años que se llamaba don Amador Mazuelos y él nos aseguraba una leyenda que había sucedido en Ilo. En esa época Ilo era una caleta, un caserío se puede decir, porque era un grupo muy pequeño; las casas estaban diseminadas, casi aisladas en ciertos sitios del puerto. Así que esa gente, en esa época, solamente se conocía la manera más rústica de cocinar que era a leña… Entonces la materia prima era la leña y había gente que vivía de ese trabajo. Y se trata cabalmente de uno de estos señores que en una época en que se fue al valle a traer su materia prima para las cocinas, se entretuvo en el valle comiendo fruta, porque era temporada de frutas y, cuando acordó, ya el tiempo se le había vencido. Comenzó a recolectar la leña, formó su atado y se lo puso a la espalda y este señor comenzó a caminar por rutina por el mismo sitio que era el camino del puerto al valle, por la orilla del mar hasta la Boca del Río. Así que cuando estaba pasando por un trecho muy pegado al mar, siente una voz de una mujer que estaba tarareando, una voz muy bonita. Pero el agarró y pensó: “!Caray! esta mujer a dónde viene a cantar en este desierto” Pero después se quedó parado y sorprendido porque recapacitó y resulta que él se orienta bien y ve que la voz salía del mar. “¿Cómo –dijo- una mujer bañándose a estas horas de la noche?” Y esa era una noche oscura, no había luna. Así que a las justas, dejo tirado la leña en el suelo, se sentó sobre el atado y se puso a escudriñar el mar.

Y en el mar había un mochito y allí se veía un bulto que se movía, pero él decía que era un lobo; pero sentía que desde allí salí una voz que era de una mujer que gritaba, que cantaba, que entonaba algo. Pero de repente vio con sorpresa que siente un chapuzón y ve en la espuma blanca que con velocidad salía en su dirección, una raya blanca que se dirigía hacia él. Cuando de repente ve que sale del agua una mujer. El no se dio cuenta de la cola ni nada y recién supo más tarde que era una sirena. El problema era de comunicarse hasta que se comunicaron con mímica y al fin se comprendieron. Entonces ella le decía “¿Qué haces acá?” Y él le señalaba la leña y así.

Luego de una larga conversación, resulta que se despiden pero la sirena le dice que ponga las manos juntas que le iba a dar algo. Entonces mete la sirena debajo del agua las manos y comienza a llenarle las manos con lo que del fondo sacaba y el se lo mete al bolsillo. Luego se despiden y recién cuando se da la vuelta, se da cuenta el leñador recién que la mujer tenia una cola de pescado. Cuando la sirena desapareció, él se sentó un rato sobre la leña, pensativo y se dijo “Esto no lo puedo contar en el puerto, porque si lo cuenta me van a decir que estoy loco, que estoy chiflado; nadie me va a creer porque no hay otra persona que lo haya visto”. Entonces se quedó calladito.

Llegó al puerto y comenzó a repartir la leña; cada persona necesitaba dos palitos para cocinar. Termina su venta y entonces se queda pensativo y va y se acerca a un bar; en ese tiempo los bares solo vendían vino. Cuando lo terminó, metió la mano al bolsillo, sacó la plata que había acumulado, pero sintió unas cosas raras; saca la mano con esas cosas raras y lo primero que hace es sacar la plata para pagar y empezó a examinar unas cosas raras como una bolitas de fierro, pero brillante, medio blanquizcas. Como los del costado conocían de esto, dijeron “!Perlas!” El leñador metió la mano al bolsillo, pagó y se fue asustado pensado en las perlas.

Pero dicen que “en pueblo chico infierno grande”; voló la noticia y todo el mundo se enteró, hasta las autoridades de esa época. Ellas se reunieron y se informaron de quién tenía las perlas, que era un pobre diablo que vivía de la leña, que cómo puede tener perlas, que de dónde las habrá sacado, que seguro las habrá robado… y especularon muchas cosas, incluso que había encontrado un banco de perlas. “!Vamos a ser ricos¡” dijeron entonces y decidieron chapar al leñador. Luego de hacerlo le quitaron las perlas y le dijeron que confiese de donde las había sacado. El se mantuvo en silencio porque tenía miedo de decir la verdad, hasta que decidió contarlo todo pero a condición de que le crean: “Me las dio una sirena” les dijo. No bien dijo esto lo castigaron. Le echaron agua, lo colgaron y le pegaron, lo que le mortificó mucho; pero como insistía en su versión, unote sus captores propuso que hiciera lo mismo para demostrar que decía la verdad. Así que lo enviaron al mismo sitio custodiado por soldados sin mayor fortuna por espacio de quince o veinte veces, recibiendo castigos por mentiroso. Uno de ellos le dijo “¿Por qué no te concentras y así puedas transmitirle a la sirena para que venga?” Así que el leñador se concentraba y llamaba a la sirena, hasta que en una noche sin luna salió nuevamente hacia el lugar seguido de cerca por sus captores. Se puso frente al mar y de repente, igual que en la primera vez, escuchó el canto de la sirena y su figura sobre la roca en medio del mar. “!¿La sienten?! ¡¿La sienten?!” empezó a gritar. Tiro la leña al suelo y la llamaba a gritos “!Ven sirena! ¡Ven sirena!” Sintió el chapuzón, vio la espuma del mar y la raya blanca que se le acercaba.

Al preguntarle qué pasaba, el leñador le comentó que desde el día que la había visto, en vez de ser una alegría había sido una desgracia porque había sufrido mucho y le contó lo sucedido. Entonces el leñador se agarró las puntas de la camisa formando una bolsa y le dijo “Dame perlas, dame perlas” La sirena le entendió el mensaje y le lleno la camisa con lo que pedía; luego de lo cual llamó a las autoridades para que vean lo que tenía. Al llegar al sitio algunos lograron ver algo de la sirena y al dar su chapuzón pudieron verla por completo perdiéndose en el mar. la gente curiosa fue a ver lo que le había entregado al leñador y éste soltó su camisa y las perlas se fueron al suelo, luego de lo cual todos se arrodillaron para poder agarrar algo de ella, mientras el leñador desapareció por completo del lugar en el momento de la confusión.

La Yacumama (Loreto)

Tradición, mito o leyenda son los relatos que desde tiempos inmemorables van de boca en boca entre los habitantes de la selva, estremeciéndolos de pavor, especialmente en las noches de luna cuando un abuelo los cuenta.

En lo profundo de un bosque impenetrable por su exuberante vegetación, había un lago muy poco conocido por los que vivían en las proximidades de ese lugar.

Simulaba ser sumamente tranquilo, apacible, en suma, un remanso de paz; pero, lamentablemente era lo contrario.

Así lo aseveraban quienes habían llegado a él, pues sabían que tenía "madre" y que ella celosamente cuidaba ese lugar, persiguiendo sin piedad al que por desgracia se atrevía a pescar en sus aguas.

Así llegó cierto día un pescador que siguiendo el curso de un riachuelo desembocó en él; desde el primer momento que lo vio, se sintió feliz porque creía que era el primero en llegar y pensó: al fin podré realizar una "pesca milagrosa" en esta laguna olvidada, que debe estar llena de peces.
Infelizmente no fue así; al penetrar en el lago, lo primero que hizo fue ubicar un lugar para arrojar su tarrafa y aunque se sentía intrigado por el movimiento del agua, siguió remando confiado; pero el vaivén continuo de su canoa, siguió preocupándole hasta que sintió que algo salía del fondo del lago.

Rápidamente volvió para averiguar… ¿qué era eso?, y vio una terrible cabeza, suspendida a casi un metro de altura sobre la superficie del agua moviendo su monstruosa figura de orejas paradas y sacando su lengua puntiaguda.

Inmediatamente dio vuelta su canoa, metió su remo con fuerza hasta el fondo del agua para impulsarse mejor y en esos instantes apremiantes para colmo de males, notó que las plantas de la orilla venían a su encuentro, cerrándole el pase como si obedecieran a no se qué designio; terriblemente asustado, giró su cabeza para ver que ocurría con la fiera y comprobó que ella le perseguía a toda velocidad.

En ese momento, aterrorizado levantó sus ojos al cielo y clamó ayuda al Dios Todopoderoso, convencido que él no podía hacer nada para librarse con vida de ese monstruo lacustre.

Y realmente, el Señor escuchó su súplica, porque inexplicablemente cayeron al lago cuatro sachavacas peleando y mordiéndose como fieras, produciendo un tremendo ruido.

Ese terrible estruendo asustó a esa serpiente, que no era otra cosa que la terrible Yacumama, que velozmente se sumergió en su lago.

Incomprensiblemente, las plantas acuáticas también volvieron a su posición inicial y todo quedó en calma, pues hasta las sachavacas se escaparon viendo a la horrible Yacumama.

El pescador que advertía estupefacto todo cuanto sucedía. No quiso perder un segundo más, y se alejó de este fatídico lago, antes que la Yacumama le cerrara el paso nuevamente.

Lamentablemente no llevó ni un solo pez, porque "la madre" de esa laguna no quiso regalarle sus pacos, sardinas, sábalos, bujurquis, lizas y gamitanas.

AI respecto, se cuenta que cuando alguna persona común se acerca a las orillas y penetra a esos lagos encantados, se desata sorpresivamente una tormenta infernal que hace zozobrar la embarcación y la persona se ahoga irremediablemente.

Naymlap y los Señores de Lambayeque (Lambayeque)

Cuentan los pobladores de Lambayeque que en tiempos tan antiguos que ya se perdió la cuenta de cuantos fueron arribó de la parte suprema(2) del Perú a estas costas una gran flota de balsas comandada por un gran señor, hombre de mucho valor y calidad llamado Naymlap.

Viajaba acompañado por una numerosa comitiva que lo seguía con reverencia y adoración como a gran caudillo. Estaba su esposa, llamada Ceterni, un numeroso harén, cuarenta de sus más valientes capitanes, el trompetero oficial (uno de los cargos más prestigiosos) llamado Pita Zofi, quien se encargaba de hacer sonar el pututo(3), Ñinacola, encargado del cuidado del anda y trono de Naymlap, Ñinagintue, encargado de la bebida, Fonga Sigde, quien tenía por misión esparcir polvo de mullu(4) por donde pisaría su señor, Occhocalo, el cocinero, Xam Muchec quien pintaba el rostro de Naymlap. Lo bañaba, adornaba y untaba con finas esencias, Ollop-copoc. Tejía y bordaba para su señor y elaboraba camisas y mantas usando la fina y complicada técnica de la aplicación con plumas de vivos colores Llapchiluli, muy querido por su Señor Naymlap, además de una numerosa y casi incontable muchedumbre.

Pintura que representa el arribo de Naymlap, expuesto en el museo de sitio del complejo arqueológico de Chan Chan, Trujillo - Perú.

Desembarcaron cerca a la desembocadura del río Faquisllanga, de allí caminaron media legua tierra adentro buscando un buen lugar para asentarse. Al encontrar el lugar adecuado construyeron un palacio al que llamaron Chot y en el lugar principal colocaron a Yampallec, figura esculpida en piedra verde que trajeron consigo y que representa la imagen del mismo Naymlap. Yampallec significa figura y estatua de Naymlap.

Pasaron los años viviendo en paz, procrearon muchos hijos y nietos, construyeron casas, labraron la tierra y le tomaron mucho cariño a su nuevo terruño. Pero el tiempo no perdona y la muerte visita al gran Naymlap. Por temor a que no se entienda la mortalidad del caudillo y Señor lo enterraron a escondidas y publicaron por todas parte que con prodigioso poder se había convertido en ave y había volado lejos de allí. Consternados y muy dolidos quedaron sus más cercanos y leales seguidores, los que viajaron con él desde la parte suprema del Perú. No podían comprender por qué su amado señor Naymlap los había abandonado. Presos de la desesperación no dudaron en abandonar casa y familia, hijos, nietos, tierras y salieron apresuradamente, sin guía ni orden, a buscar a Naymlap y se juraron no regresar hasta encontrarlo y traerlo de regreso así tengan que ir hasta donde nadie había llegado. Nunca más se supo de ellos.

Al irse en busca de Naymlap, al que creían desaparecido, todos los que vinieron con él, quedó la tierra poblada sólo por los que habían nacido en ella. Lo sucedió a Naymlap su hijo Cium, que se casó con una hermosa joven llamada Zolzoloñi y en ella y otras mujeres tuvo doce hijos varones y cada uno de ellos fundó una numerosa familia. Uno de ellos llamado Nor, se fue al valle de Cinto, otro llamado Cala al valle de Túcume, otro más al valle de Collique y los demás a diversos lugares. Llapchillulli, hombre muy cercano a Naymlap y que arribó a Lambayeque acompañándolo se mudó al valle de Jayanca donde se asentó y enraizó.

Cium vivió muchos años y sintiéndose morir bajó por propia voluntad a una habitación subterránea donde estuvo hasta que murió, pues no quería que se supiese que era mortal y más bien quería que lo crean inmortal y divino.

Luego gobernó una larga lista de herederos como Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofan Nech, Mulumuslan, Llamecol, Lanipat Cum y Acunta. Finalmente gobernó Fempellec quien tuvo la desdichada idea de trasladar a Yampallec de Chot, donde Naymlap lo colocó. Se cuenta que cuando buscaba otro lugar para llevarse al ídolo el demonio disfrazado de mujer se le presentó y lo sedujo. En castigo sobrevinieron 30 días de torrenciales lluvias seguidos de un año de cruel sequía, esterilidad y hambre. Reunidos los sacerdotes y hombres principales que adoraban a Yampallec comprendieron que las penurias que padecían eran por los errores cometidos por Fempellec, por eso, dejando a un lado el temor y respeto que se tiene a los Señores, lo ataron de pies y manos y lo arrojaron a lo profundo del mar. Y este fue el final de la línea y descendencia de Naymlap.

Quedó el valle de Lambayeque sin un único gobernante hasta que desde el sur llegó un poderoso Señor guerrero, Chimú Capac, Curaca (gobernante) del Imperio Chimú quién reunificó y anexó para sus dominios este. Impuso como gobernador de Lambayeque a Pongmasa, natural de Chimú, quién al morir dejó en su cargo a Oxa, su hijo, que fue el primero en tener noticias de los Incas del Cusco, grandes conquistadores, y desde entonces vivieron con el temor de ser despojados. Le sucede su hijo Llempisan, quién conoció del poder de los Incas. Luego gobernó Chullumpisan, al que sucedió su hermano Cipromarca y luego otro hermano menor llamado Fallenpisan. Luego vino Efquempisan, seguido de Secfunpisan en cuyo gobierno llegaron al Perú los conquistadores españoles y se adueñaron del valle de Lambayeque y de todo lo demás.

* (1) Miguel Cabello Valboa. Miscelánea Antártica, una Historia del Peru Antiguo (1586). Versión Original del Instituto de Etnología de la Facultad de Letras - Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1951. pp. 326-330.
* (2) Para algunos autores "parte suprema" significa que provenían del norte, pero para otros autores significa que provenian del sur. Quien escuchó y escribió esta leyenda contada de propia boca por Martín Farrochumbi interpretó como parte suprema al sur, pues ellos (los españoles) viajaban de norte a sur, siendo la parte suprema lo que tenían por delante.
* (3) Trompeta fabricada del caracol marino Strombus sp.
* (4) El Mullu (Spondylus sp.) es un molusco bivalvo de aguas calientes que vive principalmente en las aguas cálidas que bañan las costas del actual país de Ecuador, al norte del Perú. Desde épocas muy antiguas (3000 años a.C.) es usado como ofrenda en las principales ceremonias y como materia prima en la fabricación de joyas y adornos.

La espada de Pizarro (La Libertad)

Vamos a hablar de la célebre espada del conquistador del Perú, Francisco Pizarro; ya que se hizo famosa en plena invasión napoleónica.

Estamos pues en 1809, en plena irrupción de las tropas invasoras. La espada por entonces se guardaba en el palacio de los Marqueses de la Conquista, como un trofeo histórico, donde era admirada por propios y extraños. Todos sabemos que nuestra causa fue apoyada por los ingleses. Un ejemplo claro fue el escocés Downie, quien formó una guerrilla de extremeños; en vista de su abnegado proceder la entonces marquesa de la Conquista le regaló la célebre espada.

En los olivares de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) se batió la guerrilla de Downie contra los franceses y, en lo más reñido de la acción, tratando el escocés de saltar por un hueco a la entrada del puente de Triana, fue abatido del caballo y herido en la mejilla y en un ojo. Downie que se vio perdido, aún tuvo ánimos para arrojar la espada a los extremeños para evitar así que los enemigos se apoderaran de ella.

Los guerrilleros recogieron el arma y enardecidos por ese acto se arrojaron como las fieras contra los franceses, a quienes vencieron.

Posteriormente, la histórica espada fue llevada a la Armería Real de Madrid, donde en la actualidad se encuentra.

Antes de finalizar el trabajo, tengo que decir que la moderna crítica histórica ha tenido que trabajar fatigosamente para destruir leyendas y presentar los hechos y los personajes históricos libres de las fábulas maravillosas con que la imaginación popular las había revestido. Por tanto, esa es la labor de ustedes, estudiosos e investigadores; la de analizar, indagar y registrar estos hechos para que también puedan engrosar, más si cabe, los anales de nuestra historia. Y si no es así, entonces que perduren y vaguen todas éstas, como hasta ahora, por las brumas de la historia y de la voz popular, con el nombre, eso si, de leyendas.

Mundo Fantástico (Junín)

El folklore puede servir para los educadores como una fuente o material para la educación misma, pero sobre todo puede servir como información para conocer el espíritu, el modo de ser de los estudiantes y la comunidad en el cual uno trabaja. Un maestro no puede formar a sus niños, no puede ponerse en comunicación íntima, sencilla y cariñosa con los niños, si no sabe como es su espíritu. El modo de ser de los niños de la costa es muy distinto al modo de ser de los niños de una comunidad andina, porque sus costumbres son muy distintas.
Esta diferencia de costumbres y de modo de ser, es para el educador quizá lo más importante para acercarse al espíritu de los niños para ganar su confianza y su amistad, sin el cual no es posible ninguna forma de educación, ni mucho menos de instrucción.

José María Arguedas

El origen de Huancayo (Junín)

En cada pueblo existen versiones distintas de las historias y creaciones de los actores sociales, por ejemplo esta es una versión del origen de Huancayo.

Hace ya mucho tiempo, todo el Valle del Mantaro era una inmensa laguna. Desde Jauja y Concepción, hasta el sur llegando a Sapallanga y Pucara, todos esos lugares estaban bajo el agua. Los pobladores del valle en aquel entonces tenían sus casas en las alturas de los cerros, incluso hasta ahora podemos ver vestigios de sus construcciones.

En el centro de la gran laguna se podía observar desde las alturas un enorme peñón oscuro que salía de las aguas cada mañana. Esta gran peña se llamaba Huanca y estaba donde hoy esta la Plaza Huamanmarca, junto a la Municipalidad de Huancayo. Paso el tiempo y la laguna se iba llenando y llenando con las aguas de las lluvias (recordemos que en esta parte de la sierra las precipitaciones son altas).

Una vez, cuando los pobladores estaban en sus labores del campo, porque ellos siempre se dedicaron a la agricultura; se escucho un enorme estruendo en una de las quebradas y tras el sonido pudieron ver que las aguas de la laguna iban disminuyendo rápidamente. Sucedió que la quebrada de Chupuro se había roto y por allí desaguaba la laguna.

Pasaron pocas semanas y el valle se fue quedando seco, para acortar distancias entre los pueblos, los pobladores tuvieron que bajar hacia las partes planas; siendo allí en donde lograron hacer nuevas construcciones para poder habitarlas. Pero la laguna no vació del todo. En jauja se quedo la Laguna de Paca y en Ahuac la Laguna de Ñahuinpuquio.

Una vez las aguas rompieron la quebrada de Chupuro y por allí desaguo la laguna. El valle se fue quedando seco y se fundaron pueblos. Pero la laguna no vació del todo. En Jauja quedó la Laguna de Paca y Chocón; la de Ñahuinpuquio en Ahuac y la de Llulluchas en Huayucachi.

Existen muchas lagunas en el Valle del Mantaro, posiblemente parte del agua que desaguo de la gran laguna, hayan quedado dispersas por todo el valle. Ahora la Laguna de Paca es una de las más reconocidas y visitadas por los foráneos.

Leyenda recogida en Chupaca, Departamento de Junín, Perú. Informante Leopoldo Vidal.

El Terror de los puentes (Junín)

Era, por entonces, explorador y cierto día, después de una ardua tarea de recorrido por las montañas, durante doce horas, ya cansado y con las fuerzas rendidas, me vi en la necesidad de retornar al pueblo. Los últimos rayos del sol se iban perdiendo tras el murallón de los cerros y aun tenia cinco leguas de camino por delante. La noche se extendió plena de oscuridad. Apenas si se veía a lo lejos, el fugaz centelleo de los relámpagos y el parpadeo luminoso de los cocuyos como chispas de un fuego invisible. Yo seguía sobre mi fatigado caballo, bajo las sombras nocturnales. Tuve que descender por una quebrada en cuyo fondo corría un rió caudaloso, continuando la marcha, me acerque a un puente solitario. La difusa luz de las estrellas se volcaba sobre el agua. Cuando me aproxime más aún, descubrí una silueta humana apoyada sobre la barandilla del puente. Le dirigí una mirada sin acortar el paso. Había llegado casi a la orilla del río, cuando sentí pronto la necesidad de detenerme. Lo que vi fue, entonces, una pequeña sombra humana. Me volví acongojado, con un terror absurdo. No me decidía a moverme en ningún sentido. Mi caballo se encabrito, pugnando por seguir adelante. Sin saber lo que hacia, volví hacia atrás y al volver temerosamente la mirada pude observar que la sombra seguía en su mismo sitio. Un temblor indescriptible recorrió todo mi cuerpo. Tenía las manos crispadas y me era imposible usar mi revolver. Quise gritar, pero sentí que las fuerzas me abandonaban.

Iba a desmayarme cuando escuche los lejanos ladridos de algunos perros y, casi simultáneamente noté que la sombra saltaba hacia el río y se desvanecía en la superficie del agua.

Informante: Máximo Inga. Huancayo, Junín.

La Laguna de Paca (Junín)

Esta laguna guarda entre sus aguas las más fascinantes historias y relatos, ubicada en el Valle de Mantaro, en la provincia de Jauja. Se ha convertido en el punto de encuentro de propios y extraños.

Una vez bajo dios a la tierra. Llamo a la puerta de una casa. Sin abrir le gritaron, ¡fuera sucio! Entonces siguió su camino. A poco llamo a otra puerta, vivían allí dos pobres viejecitos que a esa hora preparaban su comida en una ollita de barro. La comida era tan escasa que apenas alcanzaba para una persona, entonces dios puso las manos sobre la ollita y la comida aumento y de ella comieron los tres. Cuando terminaron dijo dios: Vamos. El viejito antes de salir sacó de su casa su tambor. Subieron un cerro. Los viejitos caminaban por delante, dios por detrás. Al cabo de un rato dios pidió al viejito su tambor. Entonces dijo dios: no vayan a volver la cara y soltó el tambor. El tambor rodaba sonando cada vez más fuerte. Los viejitos volvieron la cara y quedaron convertidos en piedra blanca. El tambor rodaba, rodaba, hasta que llego al pueblo y reventó. De él salio tanta agua que anego los campos, las casas, hasta convertir el pueblo en una laguna.

Fuente: leyendas-peru.blogspot.com

Tayta Cáceres y los niños (Junín)

Sapallanga es un pueblo al sur de la Provincia de Huancayo; Sapallanga en quechua, significa “Tierra de Brujos”. Es un pueblo que aun guarda parte de sus tradiciones e historia. En la Guerra del Pacifico, precisamente en la Campaña de la Breña; la Segunda Compañía del Batallón Santiago del Ejercito Chileno, había tomado posición en la casa de la abuela Amalia Guerra.

Según cuentan los antiguos, el ejercito enemigo estuvo acuartelado durante casi dos meses. Cada mañana cuando los pobladores pasaban frente a la casa de la abuela Amalia, podían ver indignados la bandera chilena flameando en el interior, mientras los centinelas oteaban la calle desde las improvisadas torres de vigilancia.

Cuentan también que Andrés Avelino Cáceres; el gran Mariscal Peruano de la Campaña de la Breña, frecuentaba la zona vestido de mendigo. Quizá para hacer algunas averiguaciones. “Déjenlo pasar, jugaremos un rato con él” –decía el Teniente Gaspar. Sin saber que al ingresar, el brujo de los Andes podía ver la situación en la que se encontraba el enemigo.

De esta forma, el Mariscal podía informar a sus tropas que estaban acampando en las alturas de Tayacaja. Los niños de Sapallanga estaban ansiosos por conocer al Tayta Cáceres, por sus aventuras, los niños lo llamaban el Brujo Andrés. Pero solo algunos de ellos pudieron verlo vestido de mendigo. Cada vez que algún niño se le acercaba, éste sacaba un poco de cancha y queso de su bolso y se los entregaba guiñándoles el ojo.

Según el relato “Los Niños de la Guerra” de Roger Piñas; los niños que llegaron a conocerlo fueron entre otros Matías; nieto de la abuela Amalia, Reinaldo y Virginia, hija de un comerciante Andahuaylino. Eran los encargados de llevar a lomo de mula, las provisiones para la tropa de Cáceres hasta el poblado de Huayunka, a tres leguas de Sapallanga.

En la primera semana del mes de julio, los ánimos estaban alterados entre los chilenos, actitud que era percibida por los pobladores y en especial por los niños que eran los más entusiastas en desalojarlos. Tras los rumores de llegada inminente del ejercito de Cáceres, todos los niños salieron en tropa con sus tambores de guerra y pasaron frente al cuartel enemigo haciendo un sonido que retumbo en toda la calle principal.

Al día siguiente se había desencadenado la feroz Batalla de Marcavalle, en donde el ejército de Cáceres hizo retroceder al enemigo hasta Pucará, luego hasta Sapallanga, luego hasta Huancayo, luego hasta el fin del mundo. Roger Piñas describe muy bien la hazaña de los pobladores de Sapallanga y en especial la labor de los niños diciendo, además:

“Por eso, aquel 08 de Julio de 1882; la Segunda Compañía del Batallón Santiago del Ejercito Chileno, no podrá olvidar a los niños de Sapallanga”.

Fuente: leyendas-peru.blogspot.com
miércoles, 26 de mayo de 2010

El toro de oro, enigma oculto de Jatun Uchcu (Huanuco)

Jatun Uchcu, es considerado hoy no solo un lugar turístico, sino un yacimiento de increíbles historias contadas por los pobladores, y que hasta ahora no ha podido ser explorada con intensidad, debido a su profundidad (la falta de oxígeno) y su peligrosidad que desalienta al explorador e investigador a estudiarla. Todos los que han tratado de ingresar, aseguran haber oído hablar que en el fondo hay un toro de oro amarra-do a un frondoso árbol de naranjo, cuyos frutos son también de oro y que está rodeado de hombres petrificados y que es vigilado por un indio de vestidura reluciente. Se dice que este personaje, en las noches de tranquilidad y luna llena, sale a la superficie a tocar su quena con una delicada melancolía. Manuel Nieves Fabián, en su libro «Mitos y Leyendas de Huánuco» nos relata: «Se cuenta que una noche, un hombre que había salido de su casa, volvió y gritando: ‘¡Encanto!, ¡Encanto!, ¡vengan todos! En el cerro hay un hombre como si fuera de plata, brilla como la luna y hasta empaña la vista. ¡Vengan!, ahí está tocando su quena y bailando sobre una piedra. Al escuchar los gritos salieron corriendo sus familiares y sus vecinos, pero no vieron a nadie, sólo la luna alumbraba como si fuera de día.

El hombre no se explicaba cómo había desaparecido tan rápido e intrigado se quedó toda la noche para ver si aparecía nuevamente. Al amanecer, se dirigió a la casa de Tayta Allico para que le explicara sobre el hombre de Jatun Uchcu. El anciano le respondió contando la siguiente historia: El hombre que aparece sobre la puerta de Jatun Uchcu, allá, hace muchos años atrás, había matado a su padre. En castigo, la justicia le condenó a veinte años de cárcel. Cuando se encontraba en prisión se le presentó el demonio y le propuso libertad con la única condición, que al morir su alma le serviría de esclavo. El hombre ni corto ni perezoso aceptó la propuesta y en un abrir y cerrar de ojos, fue puesto en libertad. Cuando ya se encontraba libre, nuevamente se le apareció el demonio para recordar-le el compromiso pactado.
El hombre aprovechó este momento para desconocer al demonio y negar todo tipo de contrato...El diablo ante la desfachatez del hombrecito, sumamente irritado lo cargó sobre sus hombros y lo condujo a Jatun Uchcu. Allí le condenó para que eternamente cuidara los tesoros enterrados en las entrañas, y lo sacrificó.

A partir de esa fecha, el condenado saca al campo a pastar al toro de oro en las noches de luna llena, mientras él toca su quena...En una ocasión, una mujer sorprendió al hombrecito tocando su quena y se enamoro de él, pero el diablo que no quería la felicidad de su esclavo, condujo a la mujer a Ichic Uchcu y la enterró viva. Desde entonces, cada vez que se escucha el sonido de la quena, la mujer sale a bailar y los enamorados tratan inútilmente de juntarse.

Teniendo como argumento este relato muchos han tratado de apoderarse de los tesoros de Jatun Uchcu, pero en sus intentos se han convertido en piedras. Se dice que los hombres petrificados están a la espera de alguien más fuerte que logre vencer al vigilante esclavo y a su patrón para devolverles la vida.

EL CHULLACHAQUI - Espíritu de los Pies Desiguales (Huanuco)

La selva peruana con su exuberante vegetación, encierra un sin número de misterios y peligros en la profundidad de los bosques. Para los habitantes de este ¡menso manto de verdor no hay secretos ocultos. En este mundo además de gran variedad de animales pasivos y salvajes, existen también mitos y leyendas de seres mitológicos y fatídicos como EL TUNCHE Y EL CHULLACHAQUI, llamado también espíritu de los pies desiguales. Según los habitantes de la selva, el chullachaqui, siempre adopta la figura o la forma de una persona amiga conocida del pueblo, para engañar a la que va a ser su víctima y hacerle perder en la espesura de la enmarañada selva. Muchos pobladores aseguran que en muchas oportunidades han visto las huellas o pisadas desiguales del que dicen Chullachaqui, impresos en el barro, otros dicen que es un demonio que cuida la selva para que no penetren en ella. Cuentan así mismo los pobladores, que en Aymayarí, un bello pueblo enclavado en la selva del Departamento de San Martín a un Km. aproximadamente de la población, se encuentra la guarida o casa de los Chullachaquis. Relatan que un día a horas de la tarde un vecino del lugar llamado Juan Nicolás, después de haber bebido una gran cantidad de masato (licor a base del fermento de la yuca), decidió ir a al chacra para ayudar a su padre quien se encontraba realizando las labores agrícolas. Al pasar por el referido lugar, improvisadamente se le presentó una persona igualita a su padre y sin dejarlo avanzar le dijo; "He venido a esperarle, sígueme vamos a la chacra". Juan Nicolás un poco sorprendido obedeció sin decir una sola palabra siguió caminando junto con su inesperado acompañante por un camino bastante ancho pero a medida que iban avanzando el camino se hacia cada vez más angosto. En ese trayecto sorpresivamente se detuvo y le dijo: "Hasta aquí te he acompañado, tu te quedas y yo me voy, y desapareció del lugar, riendo burlonamente. Recién Juan Nicolás se dio cuenta que se encontraba perdido en un enorme bosque y por más que busco el camino para regresar a su casa no lo encontró. Desesperado ando por el monte llamando con voz en cuello a alguien que pudiera encontrarse cerca para que lo saque del lugar pero nadie respondió. Al darse cuenta los familiares que Juan Nicolás no se encontraba ni en su casa ni en la chacra, de inmediato salieron a buscarlo, logrando localizarlo después de cuatro días de intenso trajín. Pero Juan Nicolás había perdido la razón. Ya en su casa comenzaron a curarlo pero no conseguían volverlo a su estado normal. En vista de que no recobraba el conocimiento decidieron llevarlo a un curandero para que lo tratara. El curandero les pidió que llamaran al sacristán y al cantor de la iglesia y conjuntamente con los familiares del enfermo caminaron hasta el sitio en donde habían encontrado a Juan Nicolás. Al llegar al lugar prendieron las velas que habían llevado y comenzaron en voz alta a llamar al alma de Juan Nicolás. A continuación emprendieron el camino de regreso haciendo sonar la campanilla, cantando y sin mirar hacia atrás, cuando llegaron encontraron que Juan Nicolás se encontraba profundamente dormido y entonces comenzaron a llamarlo diciéndole: "Juan Nicolás, Juan Nicolás..." y después de un largo suspiro Juan Nicolás despertó ya completamente sano y salvo del hechizo del CHULLACHAQUI.

EL PILLCO MOZO, El Eterno Guardian Chupaychu (Huanuco)

Manuel Nieves Fabián en su libro "Mitos y Leyendas de Huánuco" relata: "La leyenda dice que el joven Chupaycho Cunyag se enamoró perdidamente de la bella princesa Pillco Huayta, hija del valeroso curaca Achapuri Inquil Tupac. Su amor fue tan profundo que ambos jóvenes terminaron amándose. El padre, al enterarse de la osadía de su hija, se opuso rotundamente, ya que tenía escogido para ella a un valeroso guerrero Panatahua.Los jóvenes enamorados, desoyendo las palabras del curaca, huyeron hacia el lugar denominado Nunash y se instalaron en un pequeño palacete, ahí se atrincheraron. Cunyag, al saber que el padre de su amada se dirigía hacia Nunash con un poderoso ejército, instruyó al Pillco Huayta para que huyera y diera aviso a los Chupaychos, mientras él y los suyos le entablarían resistencia. La princesa concurrió rauda a cumplir la misión mientras el joven lo esperó dispuesto, incluso a sacrificar su vida. Su sorpresa fue tal, al ver al Amaru que guiaba al ejercito del curaca, Atemorizado, Cunyag huyó con dirección al lugar de su origen. El terrible Amaru, al ver que corría el mozo, levantó las alas y sentenció que se convirtiera en piedra.

Fue así que cuando contemplaba a su pueblo desde las alturas del Marabamba, sintió que lentamente su cuerpo se transformaba en piedra, entonces, viéndose perdido y antes que su cabeza se petrificara, con un grito que se escuchaba a muchas leguas, ordenó que Pillco Huayta huyera hacia la selva para librarse de la cólera de su padre. El Amaru, volteó el rostro hacia la selva, se levantó en ligero vuelo y al encontrar a la princesa a orillas de un caudaloso río, sentenció que se convirtiera en una enorme montaña para que la desobediencia de mabos jóvenes quedar a manera de una leccion para la posteriedad. Hoy, podemos apreciar a estas dos figuras en eterno reposo: a Pillco Mozo, en Huánuco y a Pillco Huayta (Bella durmiente), en Tingo María".

LA BELLA DURMIENTE, Pillco Huayta (Huanuco)

símbolo natural de Tingo María y que la leyenda la identifica como la princesa NUNASH, transmitida de generación en generación; la leyenda se refiere también a un joven llamado CUYNAC que atravesando la selva de los Huánucos, se enamoró de la princesa Nunash, los dos llegaron a amarse y Cuynac levantó un palacete en un lugar cercano a Pachas que le puso el nombre de Cuynash en honor de su amada. Vivieron un tiempo felices, rodeados de vasallos, pero su felicidad quedó truncada cuando fueron atacados por el padre de la princesa: Amaru, convertido en un monstruo en forma de culebra. Cuynac se valió de su hechicería y convirtió en mariposa a Cuynash y él se transformó en piedra. Ella en su nuevo estado, voló hacia la selva y retornó con ayuda para combatir al mounstro Amaru. Los enemigos fueron vencidos, Cuynac, entonces trató de recuperar su forma humana sin conseguirlo, pero ella si pudo retornar a su forma humana y buscó inútilmente a Cuynac. Cansada se sentó cerca de la piedra en que Cuynac quedó convertido y ella se quedó dormida. Mientras dormía, escuchó en sus sueños la voz de su amado que decía: "Amada no me busques, mi voluntad fue pedir a los dioses que me convirtiera en piedra y mi pedido fue complacido y ahora soy sólo una piedra, destinada a permanecer en este estado para toda la vida. Si tú en realidad me has querido y me sigues queriendo todavía; deseo que permanezcas a mi lado toda la vida sobre este cerro y que en las noches de luna aparezca ante la mirada de la gente como la mujer en actitud de estar durmiendo". Nunash siempre en sueños, aceptó la propuesta de su amado y quedó convertida en piedra, lo que hoy es la figura de la "Bella Durmiente".

La Dama y el Viajero (Huancavelica)

Cuando me disponía venir a Lima conocí a don Guillermo, que muy amablemente me invito a subir a su camión en donde transportaba cereales a la capital desde Huancavelica; subí en la Oroya. Le dije que tenia el mismo nombre de mi abuelo ya fallecido, que también se dedicaba en sus años de juventud a viajar transportando alimentos de Huancayo a Huancavelica y viceversa.

Te cuento lo que me paso en el pueblo de Pampas, cuando viajaba para Huancayo trayendo carga –me dijo.

“Cuando salía de Pampas, ya muy de noche y bajo una interminable lluvia, pude avistar a una mujer en el camino; ella iba caminando muy lentamente en la carretera, debiste verla con aquel vestido blanco totalmente empapado. Frene suavemente pues también iba despacio por el mal estado de la carretera.

Le hice una señal para que suba al camión y así pudiera protegerse de la lluvia, ella asintió y se sentó en el mismo lugar en donde estas tú. Era una mujer muy joven y bella, al verla en esas condiciones le ofrecí mi casaca para que pudiera abrigarse, me agradeció y en su rostro vi dibujada una sonrisa tierna.

Al acercarnos al poblado la Mejorada, ella me pidió bajarse del camión; pues tenía familia allí. Como aun llovía y era apenas las dos de la madrugada, le dije que se quede con mi casaca, que en otro momento iría por ella. Solo le pedí la dirección de su casa.

Pasó una semana y cuando volví a la Mejorada, fui a buscarla hasta su casa. Grande fue mi sorpresa cuando salió su madre y me dijo que Virginia -así me dijo que se llamaba-, había muerto hace diez años atrás. Precisamente en un accidente de carreteras, cuando el bus que los transportaba de Pampas se fue directo al barranco; en el lugar donde la recogí.

Yo no le creí a la señora y pensé que se querían quedar con mi casaca. Para confirmar los hechos, su madre me llevo hasta el cementerio del pueblo y allí pude corroborar que en verdad la joven y bella Virginia estaba muerta. La fotografía en el nicho era la misma chica que vi hacia como una semana. Pero lo que más me sorprendió, fue ver mi casaca a un costado, junto al nicho de la joven. Su madre no tenia explicación alguna por lo sucedido, solo me dijo que era la cuarta vez que pasaba eso; habían preguntado por su hija que había subido al camión en la carretera a Pampas.”

Quisa sea un relato cierto, porque mi abuelo Guillermo me contó lo mismo. Para poder confirmar esta historia fascinante, viaje hasta el poblado la Mejorada en Huancavelica, no busque precisamente el domicilio de la joven Virginia; sino me fui directamente hasta el cementerio y busque su nicho toda la mañana de un sábado de Junio del 2000.

Cuando me sentía desanimado y listo para salir del lugar, vi algo que me llamo la atención. Me acerque rápidamente hasta aquel sitio y note algo al costado de un nicho; era una bolsa, y dentro de ella pude ver una chompa de alpaca de color marrón y franjas blancas. Era el nicho que estaba en un extremo del cementerio, casi escondido, casi olvidado. En la lapida semidestruida pude distinguir el nombre de Virginia Matos, fallecida en 1989. Aunque no pude ver la fotografía.

Deje las cosas en su lugar y salí del cementerio, ya era de tarde; sentí el deseo de ir a la casa de Virginia. Al volver a Huancayo me preguntaba ¿Cómo pudo llegar aquella bolsa con una chompa hasta ese lugar? ¿Por qué precisamente ahora que fui a confirmar la historia? ¿Será que Virginia me tenía algo preparado como bienvenida? Quizá apenas haya sido una mala pasada de mi imaginación.

El condenado (Huancavelica)

Un arriero que traía de Ayacucho cuatro cargas de plata a lomo de mulos, por encargo de su patrón, se alojó en las inmediaciones de Izcuchaca (Huancavelica), en un lugar denominado “Molino” de propiedad del señor David, quien tenía su cuidador; éste muy de madrugada, mientras el arriero cargaba el cuarto mulo, hizo desviar una carga y arrojó solo al animal.

Mientras el cuidador se repartía el dinero con el propietario del sitio, el arriero desesperado con su desventura a cuestas, puesto que, para reparar la pérdida tenía que trabajar el resto de su vida y tal vez hasta sus descendientes, impetraba de rodillas a los causantes quienes por la codicia del dinero tornándose indolentes y sordos al clamor el pobre indio cuyas inocentes lágrimas llegaron hasta el cielo en procura de la justicia divina.

Al poco tiempo murió el cuidador del “molino”, su mujer y su hijo. Aquel por ser el culpable directo se condeno, es decir, arrojado “alma y cuerpo” de la vida ultraterrena, debía refugiarse por entre los montes tomando la forma de un animal con cabeza humana gritando de vez en vez: David devuelve la plata… Inclusive creen que por causa del humo don David, dueño del molino, que aún vive, sufrió de parálisis en sus piernas.
Algunos indios astutos aprovechan de esta superstición del “condenado” para llevarse, en época de cosecha, un poco de cereales de las eras.

El Empalme: Leyenda (Cajamarca)

En tiempos inmemoriales, El Cerro Yanahuanga y El Cerro Chaparrí, decidieron hacer una apuesta a ver quien se queda dormido, con el compromiso de que el que se dormía quedaría su territorio convertido en sierra y el ganador se quedaría convertido en costa, entonces en una noche fijada en el acuerdo empezó el reto llamándose unos a otros, Yanahuanga se quedó dormido por que este cerro tenía nombre de mujer, mientras que Chaparrí tenía nombre de varón y permaneció despierto echando su bolo de coca. Al final ganó la apuesta Chaparrí, por eso dicen que en este cerro se encuentra toda tipo de frutas, es decir, de costa y sierra como todo tipo de plantas como el ichu, a pesar de hallarse en la costa.

Cercado Alto: tradición De Tesoro Escondido (Cajamarca)

Contaba el señor Vidal Cerna, que el cerro de Varapunta, en cierta oportunidad estaban cavando en la tierra y se encontraron una palanca de oro, trataban de sacarla pero pesaba mucho, entonces se fue a traer gente a que le ayuden, pero a su regreso ya no encontraron nada. La palanca de oro, había desaparecido.

Pabellón Grande: Tradición Tesoro Escondido (Cajamarca)

Dicen los antepasados que en el lugar Las Cuchillas, cerca de donde ahora se encuentra ubicada la escuela, era muy difícil transitar en horas de la noche, por que se aparecía un hermoso pueblo iluminado con bastantes luces, pero que nadie se podía acercar ni pasar, pero luego de un rato las luces se apagaban y al mirar desaparecía todo el pueblo, quedando solamente una hermosa pampa.

Rodeopampa: Tradición Tesoro Escondido (Cajamarca)

Cuentan que un pastor en cierta oportunidad estaba pastando sus ovejas por el lugar, y de pronto escuchó el sonido de una campana, como el sonido era bastante fuerte, este pastor comunicó a las autoridades de San Miguel, quienes se dirigieron al lugar indicado y efectivamente encontraron la campana que era de puro oro macizo y la misma que se ocultaba a tres metros de profundidad en el suelo.

Como la campana era bastante grande y pesada, decidieron llevarla sobre una tarima jalada por una yunta de bueyes, pero los bueyes increíblemente no podían jalarlo, entonces probaron en el lomo de la mula, la que tranquilamente iba con su campana, y ya estaban llegando a San Miguel, y había salido la población al encuentro de la campana con cohetes y banda de músicos, pero al escuchar el sonido de los cohetes, la mula en un instante se convirtió en fuego y se regreso a la laguna de Mishacocha. Esto sucedió porque la campana estaba destinada para Llapa y no para San Miguel, por eso regresó a seguir oculta en el fondo de la laguna.

Alto Perú: Tradición de Fantasmas Y Aparecidos Endemoniados y Malditos

Anteriormente, en el cerro Guapalín, había una parte que no tenía población y nuestros antepasados contaban que el cerro era muy guapo y que escondía a las personas, aparecía un cura en las lunas verdes y se escuchaba música en esas noches. Contado el señor Celso Quispe Romero.

Vitián (Alto y Bajo) - Cuento (Cajamarca)

Historia de don Román Poroto. Don Román Poroto era un ciudadano del caserío, que tenía por costumbre andar siempre con su ponchito, y cuando llegaba de visita a una casa, nunca aceptaba sentarse en un banquito o en una silla, sino que tenía por costumbre sentarse en el suelo y allí recibía cualquier cosa que los dueños de casa le invitaban, pero esa costumbre de sentarse en el piso, era porque debajo del poncho siempre llevaba yerba para atraer a los cuyes, que por el olor estos se acercaban a su lado y disimuladamente alzaba el poncho y hábilmente lo cogía para meterlo en la talega sin que los dueños de la casa se dieran cuenta del robo que estaba haciendo; y así durante mucho tiempo don Ramón que por sobrenombre le decían Poroto andaba cogiendo los cuyes en la casa que llegaba sin que sus dueños se percataban de tal acción.

Sabana - Cuento (Cuento)

Desde tiempos remotos en Sabaná habían muchas lluvias y por aquel entonces se perdieron una pareja de esposos y por el lugar donde se perdieron, los pasajeros al pasar tenían mucho miedo y es desde ese entonces que todos los pasajeros cogieron por costumbre dejar como ofrenda una piedra, para que el lugar no les agarre el ánimo de sus niños.

La Aparición del Hombre Wanka (Cajamarca)

La Aparición del Hombre Wanka
El hacedor del mundo, Con Ticsi Viracocha, creó la tierra y los seres que la poblaron. Hizo brotar un manantial en Huari de donde salió la pareja Huanca: Atay Imapuramcapia, el varón; y Uruchumpi, la mujer. Ellos fueron a ese lugar el primer pueblo. Sus hijos empezaron a poblar otras comarcas. Pero sus descendientes, dicen, con el tiempo, ingratos, se olvidaron de su creador y adoraron al dios Huallallo Carhuancho.

El Apu y la Fiesta de las Cruces (Cajamarca)

Este es un ser presente en todos los pueblos del mundo andino. En las teorias antropologicas, la adoracion al monte mas cercano es uno de los tópicos mas encontrados. Casi todas las sociedades, desde que el hombre ha decidido dejar el nomadismo y se ha sedentarizado, se han establecido en las laderas de las montañas o cerca de los lagos y rios. Para el Hombre Andino, el APU es el anciano fundador del mundo, que da reparo, que se eleva hacia el Hanan Pacha . Allí, en la altura vive el Apu, ser espiritual fundamental que los españoles remplazaron y sincretizaron con la cruz cristiana en el vertice de cada "cerro".

Este es el origen de la Fiesta de las Cruces, en el mes de Mayo, en la que cada pueblo trae de las alturas la CRUZ hacia la iglesia principal para la adoración.

Tapado, chacho y los Gentiles (Cajamarca)

Muchos de los tesoros que partieron hacia Cajamarca durante la prisión de Atahualpa no llegaron a su destino. Se conoce esta voz que viene de los andes peruanos refiriendose a tesoros de dicho rescate u otros tesoros sepultados durante la conquista. Al rededor de estos tesoros se ha construido una serie de mitos y leyendas que hablan de condenados, de maldiciones para los ambiciosos y de gente que ha encontrado dichos "tapados" voviendose ricos de la noche a la mañana. Un efecto particular en la salud de quienes veridicamente han descubierto algun enterramiento de metales, sean estos preciosos o no es lo que en las serranias llamamos "CHACHO" . No es mas que el efecto de los gases que se forman bajo tierra como producto de la oxidación de dichos metales. En especial, el antimonio es un gas letal que puede producir la muerte en caso de inhalación continua. Esta creencia de la venganza del muerto aflora como defensiva, de respeto a los "gentiles". Probablemente el respeto a los antepasados puede mas que la ambición para el poblador andino, quien no ha abandonadosus creencias no obstante las niege ante los extraños. Las tumbas precolombinas, poblados antiguos hoy han dejado de ser venerados, pero se supone que una fuerza sobrenatural las custodia castigando a los profanos.

El efecto del "chacho" es variable para los pobladores andinos, pasando de un leve sangrado de las fosas nasales a extrañas enfermedades estomacales, pulmonares y hasta la muerte. Existen tambien actos de sanación con presencia de ofrendas de frutas, alcohólicos, coca y animales.

Gentil Hualash – narración ( Cajamarca)

Los gentiles viven en la cumbre de los cerros. Son los huesos de los primeros indios. Cuando hay fiesta en la quebrada las jarachupas y los añases les avisan para que bajen un rato a alegrarse. La trilla de Marcavalle es fiesta bien alegre, una vez que terminan de segar los campos preparan las parvas y luego las eras. Extienden un montón de espigas sobre el suelo y luego todos bailan sobre ellas para que desgaje el grano. Las huamblas al atarder entonan huaylas junto a las eras. Los huaylas son cantos y las muchachas los dicen con voz muy aguda para que se oiga valle abajo, valle arriba, por toda la quebrada. Por ese tiempo un gentil bajó a las eras. Vestía poncho de vicuña, bufanda de estambre y sombrero con al muy caída . Era alto y fino el gentil. Cuando llegó a la fiesta bailaban los mozos hualash zapateando sobre las eras con acompasada energía. El gentil tambien se puso a bailar. Al amanecer una jarachupa le jaló el poncho avisandole la hora, entonces el gentil escapó sin ser advertido.

Subió ligero por el camino del monte . En el silencio del alba se sentian crujir sus huesitos viejos. A la noche sigueite bajó otra vez a la misma era. Vestía otro poncho y un sombrero de lana blanca muy lindo. Se había embozado en su bufanda y el sombrero le hacía sombra en la cara . Nadie sabía que era gentil. Como en vez anterior bailó muy entusiasta. Bien a la noche la jarachupa le jaló el poncho. Como era él quien mejor bailaba las muchachas le pidieron que no se fuera. Lo rodearon bailando y cantando.

El gentil les dijo: "gentil tullo shallallan, que quiere decir , no oyen como sonajean mis huesos de gentil, no oyen como crujen? Pero nadie le dejó partir y lo retuveron hasta que salió el sol. Entonces el lindo poncho se cayó , se hundió el sombrero blanco y rodó por el suelo con un montón de huesos viejos.

El Pishtaco (Cajamarca)

Este es uno de los personajes de mayor presencia en la narrativa oral andina. Se trata de un personaje prefigurado con presencia en las altas cordilleras, parajes desolados, lagunas y quebradas de los Andes. Tiene como caracteristica primordial su gran medida corporea y su aspecto de hombre blanco , barbudo
y rubio o pelirrojo. Algunos han observado la similitud de este personaje con los antiguos conquistadores, Mistis o hijos de los terrieros españoles o mestizos blancos que teniendo fama de sanguinarios, inmorales y de lengua no reconocible por los quechuas, hacían de este un personaje diabólico e invencible como los ichillocllo o gnomos barbados, rubios lujuriosos que pueblan puquios y manantiales.
El "Nacaj" o Pishtaco no es un simple asesino. En su raíz mítica no mata por dinero ni por diversión, sinó por mandato de superiores con el fin de obtener una dotación de grasa humana. Segun versiones recientes recogidas en el Cuzco por F. Kauffmann (1974) esta grasa humana sería indispensable para el funcionamiento de maquinaria fina emplazada en Lima y para mezclarla con la gasolina para hacer volar a los aviones.

El pishtaco pudo ser en tiempos pre-colombinos un comisionado oficial del sacerdocio, proveedor de material para los sacrificios.

La leyenda del Auquihuato (Ayacucho)

Leyenda de los distritos de Oyolo, Colta, Pararca y Pausa de la provincia de Paucar del Sara Sara. Época: Conquista Española. Recopilada por Pina Canales Flores. Versión libre de Guillermo Huyhua y Rosa Arroyo.

La noticia había corrido tanto como la velocidad de los chasquis; allá, en Cajamarca, los gritos desesperados de indios que morían al estruendo de arcabuces y mosquetes y otros que huían despavoridos entre los cascos de descomunales equinos desataba el horror y la sangrienta afrenta al Tawantinsuyo, el Hijo de Sol, el Sapan Inca Atahualpa, había sido capturado por el mismo conquistador Francisco Pizarro que pedía oro y plata para liberarlo.

Acá, en el valle del río Huancahuanca, actual provincia de Paucar del Sara Sara, tales noticias habían causado dolor y confusión; nadie podía entender cómo podía pasarle, todo lo narrado, al Hijo del Dios Sol. No podían imaginarse siquiera, ¿quien era aquel que se había atrevido a tal sacrilegio? ¡Si el Dios Sol no podía ser detenido por nadie en el mundo!, ¿Cómo era posible que encierren a su hijo?. ¿Acaso eran wiracochas más grandes que el Inti? ¿Podían existir esos puka kunka de barba blanca, descritos por los chasquis?

Esta era la reflexión de Auquihuato, príncipe adivino de Oyolo, que había ordenado se recolectarán joyas, tesoros y adornos de oro y plata. Tenía que cumplir con este encargo, pues la vida del Inca, estaba ante todo. Y se había dado la tarea de comunicar a todos los grandes señores y guerreros de la zona para persuadirlos a entregar oro y plata para enviarlo a Cajamarca.

Y así se hallaba ese caluroso día conversando con Pucapuca, joven guerrero de Pararca, que se encontraba furibundo contra los españoles y estaba dispuesto a iniciar una guerra para expulsarlos del Tawantinsuyo.

¿No crees venerable Auquihuato –dice Pucapuca- príncipe de los adivinos del Tawantinsuyo, que debo seguir fabricando armas para expulsar a esos asnaruna puka kunkas?

Nunca está demás fabricar armas, joven guerrero Pucapuca, contestó Auquihuato.

Molesto por esta respuesta, Pucapuca, se dirige a Auquihuato expresando su resentimiento: Nunca me respondiste con tanta sequedad, venerado Auquihuato. ¿No crees que aún podrían los ejércitos incaicos expulsar a los barbudos invasores?

Auquihuato, solemne, responde: Por el momento, la prioridad es salvar la vida de nuestro Sapan Inka, de modo que debemos reunir los tesoros que logren su rescate. Tal vez los blancos invasores se marchen para siempre, si les entregamos oro y plata en cantidad considerable.

Auquihuato con la esperanza de que una vez libre el Inca encabezaría al ejército imperial para expulsar a los españoles hablaba prudentemente. Pucapuca entendiendo las razones de Auquihuato promete entregar todas sus riquezas para el rescate.

A lo lejos vieron a la Coya Sarasara, que venía hilando lana roja, se acerca a los dos hombres, ante la rendida admiración de Pucapuca y el gesto indiferente del adivino.

Veo, buenos amigos Auquihuato y Pucapuca que continúan angustiados por la suerte del prisionero Inka Atahualpa, dijo Sarasara.

Auquihuato ansioso le responde: Así es, Coya Sarasara, reina de Parinacochas, preciso es que también tú aportes riquezas para el rescate del Inka.

La Coya Sarasara cubre con una manta multicolor una piedra cercana, se sienta y dice: Desde luego caro amigo, prepararé una recua con 200 llamas que serán arreadas por los yanas, mis servidores, hasta la lejana Cajamarca.

En la conversación Pucapuca impertinente había comentado un chisme sobre los supuestos amoríos que tuvieron en su juventud Auquihuato y la Coya Sarasara. Éstos, muy molestos e incómodos, aclararon de inmediato al joven guerrero del hecho que nunca ocurrió entre ellos.

De pronto, Auquihuato entra en trance y empieza a orar: Padre Sol poderoso ¡Oye mi plegaria y protege la vida de nuestro Sapan Inka Atahualpa!... y comienza a chacchar hojas de coca, ante la atónita mirada de Sara Sara y Pucapuca, mueve tristemente la cabeza diciendo: ¡Ah, la sagrada hoja de coca amarga cada vez más y presiento que el fin de Sapan Inka está cerca!

Era cierto lo que decía la coca, Pizarro había matado al Inca tras muchas promesas bonitas y falsas, la triste noticia llegaba hasta ellos… un chasqui imperial, arrodillado y lloroso le dice al adivino: Venerado Auquihuato: el Sapan Inka ya no está más entre nosotros. No envíen ya riquezas porque los españoles han matado al hijo del Sol. Escuchando esto, Pucapuca y la Coya Sarasara que ya estaban conmovidos se afligen hondamente. El cielo de repente oscureció y todo alrededor pareció entristecerse: cerros, plantas, ríos y animales.

Manteniendo la serenidad, Auquihuato eleva sus ojos al cielo y dice: Ya no vale la pena vivir porque la muerte del Inka significa el fin de nuestra autonomía. Pucapuca, ve a tus posesiones y entierra tus riquezas. Tú, Coya Sarasara con tu gran poder, cambia el cauce de las aguas y provoca terremotos.

¿Y tú que harás príncipe Auquihuato? Pregunta Sarasara

Auquihuato se cubre el pecho diciendo: Estoy destrozado, pero hallaré fuerzas para hacerme enterrar con todos mis tesoros en el gran cerro florido que fue siempre mi morada. Descansaré por siempre cerca de mi centinela Huanipaco, mirando las pampas inmensas de Chappe, Qalaqapcha y Chikchipampa. Es tanto mi dolor que dispongo luto eterno: no permitiré vegetación en mi cerro; el río Huacme será tan profundo que nadie regará con sus aguas y las vicuñas que cruzan las pampas llorarán mi silencio…

Desesperado se lleva las manos a la sien, mirando a todos lados repone: Nuestro mundo llegó a su fin, nos quitarán nuestros tesoros, nuestras tierras…impondrán sus leyes, dioses, modos de vivir, ciencias y creencias. ¡Nada será igual!

¿Y no será posible reconstruir nuestro mundo? Pregunta acuciosa Sara Sara

Tendríamos que encontrar la cabeza del Inka y colocarla en una olla para que genere otro cuerpo, repone Auquihuato, concluye diciendo… y para eso pasarán siglos noble Coya

¡Adiós sabio Auquihuato! Yo no me enterraré como tú. Combatiré a los invasores y estaré en lucha constante provocando sismos y cambiando el cauce de los ríos, para que los puka kunka no tengan paz jamás! ¡Ay de ellos si olvidan mi culto! Diciendo esto Sara Sara comienza caminar…

¡Yo también lucharé contra ellos venerable Auquihuato! ¡Adiós para siempre! Diciendo esto Pucapuca se va junto a Sara Sara.

¡Adiós Sara Sara! ¡Guárdate bien Pucapuca! ¡Hasta siempre amigos míos! Diciendo esto Auquihuato los ve partir y dando la media vuelta se va.

Viuda Rumi (Apurimac)

Viudad Rumi es una estatua de roca natural de color negro que asemeja a una mujer viuda cargando un niño en sus espaldas, se encuentra en la parte alta del lado este del pueblo de Chungui. En los años que la violencia asoló la región una mañana amaneció con una bandera roja, los soldados subieron y la dispararon destrozando parte de la estatua.
Sobre Viuda Rumi hay varias versiones, mencionaremos los más importantes.

Versión recopilada por Grimaldo Chalco y Roque Ccellccascca.

Según esta versión llegó una vez a Chungui una mujer viuda, posiblemente proveniente de Apurimac o Anco. Según la leyenda dos Apus, montañas tutelares llamados Pichi y Minaq se enamoraron de ella (según otras versiones participaron también Osambre, Yanaqocha, Qorisilla y Llaveqaqa). El Apu Minaq convertido en joven buen mozo la enamoró y la convirtió en su esposa, viendo esto el Apu Pichi le declaró la guerra, para entonces el Apu Minaq había dado muchos regalos a la mujer y había tenido un niño con ella, el Apu Pichi le arrebató las riquezas que la mujer tenía, la guerra fue estruendosa puesto que usaban rayos y truenos como armas. Como el Apu Pichi era más poderoso, venció al Apu Minaq arrebatándole sus riquezas y a su mujer llevándose consigo a sus aposentos en Pichi, durante la huída la mujer se convirtió en piedra al dar la vuelta para ver lo que pasaba por obra del Apu Minaq quedando su imagen para consuelo de él, pero según parece es sólo una imagen y que a la verdadera mujer logró llevarse el Apu Pichi.

Según los abuelos esta piedra tenía un poder sobrenatural, pues se decía que la mujer que daba una vuelta alrededor de la piedra indefectiblemente enviudaba, entonces las mujeres que no se llevaban bien con su marido sólo daban una vuelta a la piedra para quedar viuda, por esta razón los forasteros no contraían matrimonio con una mujer natural de Chungui, pero según esta versión de la historia esta piedra no tiene tal poder y que la verdadera Viuda Rumi se hallaría en Pichi.

Versión que evoca a Sodoma y Gomorra

Según varias fuentes hay una versión que se asemeja a lo sucedido en Sodoma y Gomorra, en grandes líneas ésta es la síntesis.

Cuentan que por aquel tiempo había mucha maldad. Uno de los personajes más prominentes había organizado una fiesta cuando llegó un viejito harapiento pidiendo comida y nadie le daba nada, andando llegó hasta el extremo del pueblo donde encontró a una mujer viuda que tenía un hijo, cuando el anciano llegó a su casa le dio comida y le atendió muy bien. El anciano, que en realidad era la personificación de Dios, dijo a la mujer que se marchara y que no volteara pase lo que pase. La mujer se marchó hacia el este y cuando estaba por alcanzar la cumbre se oyó un estruendo y seguidamente rayos y truenos, la mujer sin resistir la tentación dio la vuelta para ver lo que pasaba y se convirtió en piedra junto con su hijo.

Versión recogida por Yoni Medina Roca

Según esta versión habían tres hermanas que vivían en Chunniq Wayqo llamadas María, Virginia y Carmen. Las tres hermanas se querían mucho, Carmen era viuda y sufría mucho por la ausencia de su marido. De Virginia se enamoró un hombre de la selva quien la llevó hasta Osambre cruzando por el Río Apurimac, allí no se acostumbraba y lloraba tanto por sus hermanas, así que decidió buscarlas perdiéndose en el monte y convirtiéndose en una planta PALMA.

María no se quedaba atrás y buscando a su hermana llegó hasta Ranraccocha, allí dicen que la tentó el espíritu de Llaveqaqa llevándose a sus aposentos dentro de la montaña.

Un día de primavera un anciano andrajoso apareció por el pueblo pidiendo comida y flores pero nadie quería darle alojamiento, cuando llegó a la última casa que era de la viuda Carmen, ella le ofreció comida, flores y le dio alojamiento. Entonces el anciano le dijo a Carmen que abandone el pueblo sin mirar atrás, la viuda cargó a su hijo, llevando consigo una ovejita y su hilado se fue hacia el este, al escuchar el estruendo por la destrucción del pueblo se dio la vuelta y en ese instante quedó convertida en piedra.

Mito del Hombre Oso (Ancash)

Un oso (ukuku o ukumaria en quechua) se enamoró de una pastora a quien la raptó y la llevó a su cueva de entrada accesible sólo al oso. En esa cueva tapada por una inmensa roca que solamente el oso la podía mover, nació el engendro de ambos, quien al crecer llegó a comprender los sufrimientos de su madre cautiva. Compadecido de su madre e indignado del abuso mató a su padre y liberó a su madre.

La madre llevó a su hijo al pueblo donde la gente lo llamó Juan Oso. Allí compitió con sus coetáneos hasta demostrarles su superioridad física y mental. Como crecía más que los demás, también comía más que los demás, y el abuelo, incapaz de alimentarlo, lo llevó a la casa del curaca (cacique) donde sorprendió a todos con su fuerza descomunal. El curaca, después de cierto tiempo, también trató de deshacerse de él porque consumía mucha comida. Pero, cada intento de matarlo se convirtió en una aventura para Juan Oso.

El Barco fantasma (Amazonas)

Según la leyenda amazónica, es un barco que emerge de las aguas, lentamente, con aspecto centellante, con ventanas rojas y se oye una fiesta en su interior, haciendo que por las ventanas salga una curiosa luz roja. El contenido de las conversaciones son lenguas extranjeras y, según, el mito la vestimenta de sus pasajeros y tripulantes son un aspecto medieval. Se mantiene por las aguas surcando por un tiempo, para luego sumergirse como apareció.

El Mapinguari o padre monte (Amazonas)

Es un espíritu protector al que puede verse como una gran bestia bípeda, del tamaño de dos hombres adultos, llena de pelos y capaz de lanzar un olor terrible que usa para castigar y noquear a los cazadores furtivos y otros que no respeten la selva, junto con su descomunal fuerza y filudisimas garras. A veces se presenta en los mitos como un oso con un pie vuelto hacia atrás o de algún otro animal a la manera del chullachaqui. Otros mitos lo muestran como un monstruo peludo con una boca en el vientre.

Algunos creen sin embargo que es un animal que existiría realmente en lo profundo de la selva, una especie gigantesca de perezoso.

Motelo mama (Amazonas)

Es una inmensa tortuga la cual lleva sobre su caparazón un pedazo de selva que crece sobre ella.

Simpira (Amazonas)

Es el señor del panshin nete o mundo amarillo. Es mostrado como un inmenso jaguar negro, que posee en algunos mitos cuernos de taruka o venado. Pero lo que lo caracteriza es una de sus patas delanteras de color blanco y en forma de tirabuzón, la cual puede extender de manera interminable como si de una serpiente infinita se tratase. La usa para atrapar a los pecadores y maldecidos que merecen formar parte de su infierno en compañía de otros pecadores, los que se convierten en bestias selváticas de su séquito por toda la eternidad.

La Chicua

Es como una especie de gavilán nocturno, ave muy rara de encontrar, que dicen tiene el plumaje marrón. De su canto agorero y mágico toma su nombre, por las noches suele cantar chicua... chicua..., hasta perderse en el monte y su canto produce escalofrío en la gente que lo escucha.

También es considerado un maligno “diablo” enviado por algún brujo malero, o uno de estos brujos que busca vengarse de alguien. Cuando canta cerca de una casa la gente se pregunta a quién habrá venido a buscar ese maldito pájaro.

Además, los mitayeros (cazadores) y pescadores creen que si escuchan el canto de la Chicua, es por que sus parejas les están siendo infieles durante sus ausencias.

El Runapuma o Yanapuma (Amazonas)

Cuentan que antiguamente, existían brujos maleros que llegaban a tener pactos con los demonios de la selva. Eran poderosos haciendo el mal y sus afanes de tener cada vez más y más poder llegaban al estado en que tenían necesidad de beber sangre y comer carne humana.

Claro, estos brujos vivían en lo más apartado de la selva y casi siempre solos. Dominaban los secretos para trasformarse en Runapuma, cuando sentían necesidad de alimentarse. Hacían sus invocaciones por medio de icáros “cantos mágicos de poder” pidiendo fuerza a los demonios del monte y entonces se convertían en hermosos jaguares hambrientos totalmente negros. Así, atacaban a sus víctimas, sin importarles que estuvieran armadas o en compañía de otras personas. No le temían a nada ni nadie porque se sentían protegidos. Satisfecho su apetito, volvían a convertirse en hombres casi normales.

Por esta razón se cree que los jaguares melánicos, totalmente negros o yanapumas son mensajeros del más allá o poderosos brujos capaces de tomar forma humana e incluso icarar o maldecir la comida desde lejos. Estos otorongos negros son temidos por esa razón.

La Tanrilla (Amazonas)

Es una garza pequeña, muy bonita y prosista – “coqueta” – que dicen, tiene en sus finas y largas patitas un secreto para hacer encantamientos de amor. Que cuando el curandero recibe el encargo de preparar el filtro de amor, deberá cazarla mediante un tiro de pucuna “dardo de cerbatana” pero también deberá estar dietando por varios días. Extraídos los huesitos de las patitas, los limpia y prepara mediante icáros “cantos mágicos”.

Quitada la médula, estos quedan como tubitos y es a través de estos que el enamorado, debe espiar a la mujer elegida “como si fuera un largavista”. Pero ojo, la muchacha no debe saber que es observada. Y, si la operación ha sido bien hecha, a los pocos días aceptará gustosa los requerimientos del galán.

La Sirena (Amazonas)

Es otro de los “encantos”, personaje mágico de la amazonía. Dicen que vive solitaria, pero siempre en busca de compañero, en las profundidades de los ríos y cochas, que sube a la superficie por medio de las muyunas o remolinos. Entonces, en una playa solitaria o en un barranco cercano de agua, canta con dulce acento lastimero y si algún joven la escucha, será atraído hacia ese lugar y terminará rindiéndose ante ella. Seducido por los encantos y la ternura de la sirena, el hombre lo abandonará todo y se marchará con ella para siempre.

Los familiares del desaparecido dirán entonces: se habrá ahogado, pero el cuerpo jamás será encontrado y si se consulta con un buen chaman ayahuasquero; seguro les dirá que la sirena lo ha encantado y lo llevó a vivir con ella, a su reino de las profundidades.

El Urcututo (Amazonas)

Es un búho grande que vive en lo profundo de la selva, en la copa de los árboles más grandes, es un gran cazador nocturno. Cuenta la leyenda que ciertos brujos maleros llegan a tener “pactos secretos” con los urcututos y entonces lo utilizan para enviar virotes o dardos mágicos, que serán descargados sobre el enemigo elegido, con el fin de causarle daño por venganza.

También suelen ser enviados como mensajeros, para espiar el lugar donde se realizan las sesiones de ayahuasca, como cuidador, cuando se va a tratar a un enfermo que el mismo brujo daña. Considerado como un animal de mal augurio por algunos y de buena suerte para otros, es el rey de la noche.

Entre la población de Iquitos y alrededores de esta ciudad, se cree que el canto de los urcututos son presagio de un embarazo de alguna mujer conocida por quienes escuchan el canto.

La Runamula (Amazonas)

La Runamula: una “mujer o gente” más mula “cruce de caballo con burra”.

Es con la llegada de los primeros misioneros españoles que nace la leyenda. Cuenta que cuando una mujer casada o comprometida, nativa o mestiza seducía o era conquistada por un misionero, por raro sortilegio, se convertía en un duende con cuerpo de mula, cabeza y pecho de mujer, que vagaba en las noche de luna llena asustando a los pobladores de los pueblos y caseríos, con sus relinchos espeluznantes y el ruido producido por sus cascos, al galopar sin rumbo por los alrededores. La gente sabía entonces que había allí una mujer que mantenía relaciones prohibidas.

Entonces, los más valientes, perseguían al animal encantado para ver en qué casa se metía o hacia donde se dirigía cuando terminaba el encantamiento. La infiel descubierta, tenía que ser llevada ante un buen curandero para que la curara, mediante baños y sesiones de ayahuasca, liberándola del hechizo que sufría por mantener amores prohibidos.

El Chullachaqui (Amazonas)

Duende o diablillo de selva, pequeño de estatura, viste siempre una cushma o ponchito colorado cuando va a trabajar a su chacra o anda de paseo. Puede transformarse tomando la forma o figura de cualquier persona o animal, cuando quiere atrapar una nueva y bella doncella y hacerla perder en el monte para siempre. Se cuenta que las personas perdidas en la selva suelen encontrarlo.

El Chullachaqui no vuelve aparecer en el mundo real, y su víctima pasa a formar a las legiones de duendes de este diablillo, de las cuales es el jefe absoluto. En lo profundo de la selva posee chacras donde cultiva sus alimentos, que resultan ser plantas venenosas similares a la papa, la yuca y otros vegetales alimenticios.

Si fuéramos a la selva y encontráramos allí a un familiar u otro ser querido casualmente y sin razón alguna, debemos ser precavidos. Porque, seguramente, el Chullachaqui toma esa forma para hacernos perder en el monte y solo podemos escapar de su “encantamiento”, si logramos descubrir que su pie izquierdo tiene la forma de una pata de cabra. Es raro pero también se cuenta que pueden tener su pie en forma de patas de otro animal, o incluso un pie humano vuelto hacia atrás.

El Yacuruna (Amazonas)

“Yacu” = agua o río, “Runa”= hombre o gente. Es el espíritu mágico más importante de la selva baja. Manda sobre todos los animales y genios del agua, suele ser invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca, tanto para hacer el bien como para hacer el mal.

Cuentan que se traslada por los ríos y quebradas, y entra en las cochas montado en un enorme cocodrilo “lagarto negro”.

Cuando viaja, se adorna con cinturones y collares de feroces boas negras y va calzado con cascos de tortugas de taricayas o charapas.

Son similares a los tsunki o tsungi de otros mitos.

El Ayaymama (Amazonas)

Cuenta la leyenda que una epidemia estaba acabando con la gente de una comunidad nativa. Que la madre de dos niños, sintiéndose con los primeros síntomas de la enfermedad, quiso salvar del mal a sus pequeños y entonces los llevó al monte, muy lejos y los dejó en ese lugar. Cerca de una linda quebrada, abundante en peces y árboles frutales. Con gran pena los dejó, sabiendo que no los volvería a ver más. Ellos jugaron, comieron frutos y se bañaron en la quebradita, pero ya en la noche sintieron la falta de su madre y partieron en su búsqueda pero se perdieron en el monte.

Asustados, llorando de pena decían cómo no ser aves para poder volar donde mamá. Y el dueño del monte tuvo pena y los convirtió en avecitas y ellos volaron, pero cuando llegaron a su pueblo vieron que ya nadie vivía, todos habían muerto. Desde entonces no dejan de volar y volar, y cuando se posan en lo alto de un árbol, cansados de buscar a su madre, hacen oír su canto lastimero ayaymamá... ayaymamá...

Otra versión de esta leyenda es:

La leyenda del Ayaymama, narra el abandono de dos niños en la selva tras perder a la mamá. La madrastra y el papá dejan a su suerte a los menores en la montaña simulando un paseo. Los niños se volvieron en pajaritos y en una noche de luna volaron hasta el techo de la casa de la madrastra y emitieron su canto:

Ayaymama, Huischuhuarca: Nuestra madre ha muerto y nos abandonaron.

El Tunchi Maligno (Amazonas)

Vaga por las noches oscuras de la selva, como alma en pena, unos dicen que es un ave, otros que es un brujo o un espíritu del mal “diablo” que goza aterrorizando a la gente. Pero nadie lo ha visto, y todos lo reconocen con temor cuando en plena oscuridad lanza al aire un silbido penetrante “fin....fin...fin...” que por instantes se pierde en el monte a lo lejos, pero vuelve a silbar ya sobre el techo de una casa o a la orilla del río. Todo es tan rápido que la gente solo atina a persignarse o rezar, porque existe la creencia de que cuando silva con insistencia, por los alrededores de un pueblo, anuncia malos presagios y cuando lo hace sobre una casa, enfermedad o muerte.

Burlarse del tunchi o tunche, insultarlo, puede costarle caro al atrevido, ya que lo hará enfurecer y entonces atacará con mayor insistencia, silbando... silbando... lo perseguirá tanto que hasta el más valiente terminará entrando en pánico, que puede llevarlo a la locura o muerte...